Resulta curioso, pero las
fantasías son una parte de nuestra
sexualidad que no estamos acostumbrados a ejercitar, ya que las
damos por
sentadas y en ocasiones, incluso tratamos de censurarlas o de
prohibírnoslas a
nosotros mismos, emitiendo juicios de valor sobre ello. Pese a
esta mentalidad,
se ha demostrado en numerosas investigaciones la importancia que
tienen las
fantasías en la mejora de nuestra sexualidad, formando parte
inevitable de la
mayoría de las terapias sexuales
en las
que hay problemas relacionados con el deseo, o donde hay falta
de
autoconocimiento personal, mitos y tabúes.
Esto tiene mucho que ver con la educación sexual que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, de la cual tenemos que reeducarnos un poquito. Así pues, cuando cultivamos nuestras fantasías sexuales en nuestra imaginación, o incluso las compartimos en pareja o las llevamos a cabo, estamos fomentando nuestra capacidad de desear, aumentando nuestra excitación y en muchas ocasiones cultivando nuestra intimidad en pareja.
Esto tiene mucho que ver con la educación sexual que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, de la cual tenemos que reeducarnos un poquito. Así pues, cuando cultivamos nuestras fantasías sexuales en nuestra imaginación, o incluso las compartimos en pareja o las llevamos a cabo, estamos fomentando nuestra capacidad de desear, aumentando nuestra excitación y en muchas ocasiones cultivando nuestra intimidad en pareja.
Si quieres conocer más en
profundidad sobre esta temática y
empezar a ponerla en práctica en tu día a día, no te pierdas
este taller experiencial
donde veremos un montón
de pautas y formas específicas de trabajar las fantasías.
