Hace unos días leí un artículo
sensacional de Mark Webster, terapeuta cuyo modelo de trabajo ilustra lo que se
conocen como terapias de tercera generación.
Lo que escribo a continuación
es una traducción y adaptación de su artículo, y al final del todo tendréis la
fuente original.
La idea del cambio en el modelo estándar de salud es simplemente irreal.
Coges un comportamiento no funcional, y lo reemplazas con otro. O peor: coges
un pensamiento disfuncional y lo reemplazas con uno más funcional o adaptativo.
Esta aproximación funciona bien si estás arreglando coches o lavadoras,
pero a la hora de arreglar al ser humano es algo abocado al fracaso. Y adivina
quién se siente fracasado en cada ocasión…: el cliente. Y a partir de ahí
parece que sólo le espera otro episodio de fallo. Si empiezas a analizar el cambio en pequeños pasos puedes ver que hay un
montón de obstáculos en forma de control aversivo (o reforzamiento negativo):
2. Amnesia
“de consecuencias”. Pensar
en cambiar implica pensar en hacer cosas diferentes, dolorosas a corto plazo
aunque positivas a largo plazo. No nos gusta pensar en cosas dolorosas a corto
plazo, así que lo evitamos.
3. Angustia
por aceptación. Así que
reconoces el problema y te das cuenta de que no quieres las consecuencias.
¿Cuál es la alternativa?. Rendirte o abandonar produce más angustia cuando
imaginamos el futuro sin la conducta de evitación.
4. Dejar
ir la pérdida. Lo creas o
no, dejar ir a un antiguo amigo, como puede ser una adicción, implica
sentimientos de pérdida. Entras en el “pantano de la desolación” por la pérdida
y entonces te asalta el terrible “monstruo de la incertidumbre” ante el futuro
sin tu viejo amigo.
5. Ensayo
y error. No saber qué te
traerá tu nuevo comportamiento conlleva aún más incertidumbre. Invertimos un
montón de tiempo imaginando futuros que aún no sabemos cómo serán. Los fallos
inevitables en todo aprendizaje conllevan recuerdos sobre fallos pasados y
dudas sobre si tendrás éxito o no.
Ser honestos con nuestros clientes al principio nos hace situarnos en
una realidad más potente, y nos ayuda a validar el dolor del cambio. Como
siempre les digo a mis nuevos clientes “Estoy
aquí para hacerte sentir peor, así es como una terapia funciona”.
José Olid
Fuente original: http://www.markwebsteract.com/wordpress/?p=754
No hay comentarios:
Publicar un comentario