Día a día nos vemos
rodeados por expresiones del tipo “debes quererte”, “es imposible gustar a los
demás si no te gustas a ti mismo”, “si te sientes bien contigo mismo
conseguirás aquello que te propongas”, y así una larga lista de frases que nos
llevan a reflexionar sobre la importancia que la autoestima tiene en nuestras
vidas.
Antes de continuar,
me gustaría que os tomarais unos segundos y os plantearais la siguiente
cuestión: “¿Qué concepto tengo sobre mí?” o mejor dicho, “¿Qué pienso de mí
mismo”?; quizás lleve tiempo responder o quizás no, pero es esencial empezar a
ser consientes sobre el tipo de afirmaciones que dirigimos hacia nosotros
mismos.
Forjamos la
autoestima a lo largo de la vida y cualquier comportamiento ya sea de máxima
importancia o insignificante nos lleva a realizar una valoración subjetiva de
la situación, y no debemos olvidar que cada persona hace una valoración diferente
en función de su percepción, punto de vista, intereses y deseos. En base a esto, imaginad en un mismo
escenario a dos personas diferentes: dos trabajadores competentes y
responsables que deben entregar un informe al finalizar el mes y se les pasa por
alto añadir un dato importante; mientras que uno se castiga diciéndose: “Eres un
idiota, no mereces el puesto que tienes”, el otro reconoce que se ha
equivocado, intenta arreglar su error y no se pone etiquetas del tipo “idiota”
o generaliza que es un mal trabajador ¿Creéis que la valoración que hace uno y
otro tendrá mella en su autoestima, y por lo tanto en la forma de verse a sí
mismo?
Nos autovaloramos si
percibimos que somos capaces de realizar aquello que para nosotros es
importante, si tenemos o no las competencias necesarias para obtener los
resultados deseados, o bien por el éxito, afecto o aceptación que generemos al
realizar determinadas tareaso en las relaciones con los demás.
Llegados a este
punto sería conveniente preguntarnos cuales son nuestras debilidades y de qué
forma vamos a trabajar para acercarnos a lo que nos gustaría ser. No hay nada
malo en tener defectos, ¡TODOS LOS TENEMOS! El problema está en cómo los
utilizamos para hacernos daño a nosotros mismos.
Así mismo, invito a
que reflexionéis sobre aspectos de vosotros mismos con los que os sintáis
sumamente satisfechos, ¡no tengáis miedo en destacar vuestras virtudes y puntos
fuertes! Vivimos en una cultura en la que existe cierta ambivalencia en hablar
bien sobre uno mismo, dando imagen de prepotente o fanfarrón, no dejéis que
esto os impida ver y valorar vuestros logros.
Finalmente, la
autoestima no es un concepto estático, sino todo lo contrario, se trata de algo
dinámico que no tiene una fecha límite para empezar a trabajar.
Dedícate
tiempo, conócete y comienza el cambio desde dentro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario