domingo, 2 de marzo de 2014

Radio mental: ¡emitiendo las peores noticias 24 horas!


"Verás tú mañana..."

"¡Qué pocas ganas tengo de ponerme a estudiar!"


"...que ridículo hice la semana pasada..."

"Quiero hacer esto pero, ¿y si sale mal?"


"No dejo de pensar en todo lo que podría haber perdido si me hubiera equivocado..."


"¡¿Cómo voy a disfrutar de lo que tengo si lo puedo perder en cualquier momento?!"






¿Os suena de algo eso que habéis leído?; posiblemente sí, y es que al fin y al cabo todos venimos de fábrica con la misma emisora inevitablemente sintonizada (y sin posibilidad de cambiar a otra más agradable): nuestra mente.

Quizás no sepas de lo que hablo, así que me gustaría que durante unos 10 segundos simplemente dejaras de leer esto y cerrases los ojos.



Vamos, hazlo.





Quizá hayas notado a tu mente haciendo algún comentario, tal como “espero que esto me sirva”, “esto es tonto”, “¿lo estaré haciendo bien?”, o cualquier otro pensamiento. 

Si consideras que no apareció ningún pensamiento, te invito a que, antes de seguir con la lectura, recuerdes brevemente el ejercicio y compruebes si efectivamente no apareció ningún pensamiento.

Si la respuesta es “no, no pensé en nada durante el ejercicio”, entonces nota que, en este momento, estás pensando sobre el ejercicio, quizá con un pensamiento que dice algo así como “no pensé en nada durante el ejercicio”.

En cualquier caso, cuando un pensamiento o imagen aparece en nuestra mente con una fuerza tal que nos dejamos llevar por ello, es como si dejásemos de ser nosotros y, de alguna manera, sumásemos la identidad del pensamiento a lo que vamos a hacer a continuación: si voy a salir a dar una charla en público y tengo el pensamiento de "lo voy a hacer fatal", muchas veces nos dejamos llevar por ello, le hacemos caso a ese pensamiento, y actuamos como si realmente lo hiciéramos mal.

A esto lo solemos llamar "fusión", ya que literalmente nos fusionamos con aquello que pensamos.

Cuando estamos preocupados por lo que podrá ocurrir (o no) en el futuro, y dejamos de prestar atención al presente, nos fusionamos con el futuro, de manera que "lo sufrimos" aunque aún no haya pasado.

Y cuando pensamos en el doloroso pasado, aquello que ya ocurrió y está lejos en el tiempo, igualmente dejamos de atender al presente, y "re-sufrimos" la historia, aunque ya haya pasado.

Lo peor de todo esto es que cuanto más intentamos no pensar en el futuro o en el pasado, menos lo conseguimos...el locutor de radio mental es incansable.

Aunque realmente, no hay de qué preocuparse...por suerte podemos hacer justo lo contrario: de-fusionarnos de aquello que nos preocupa y nos impide realizar las cosas que realmente son importante para nosotros.


¿Que cómo lo hacemos?


...estad atentos a las próximas publicaciones, mientras tanto os dejamos una pista






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