martes, 20 de mayo de 2014

5 Barreras para el cambio


Hace unos días leí un artículo sensacional de Mark Webster, terapeuta cuyo modelo de trabajo ilustra lo que se conocen como terapias de tercera generación.

Lo que escribo a continuación es una traducción y adaptación de su artículo, y al final del todo tendréis la fuente original.

La idea del cambio en el modelo estándar de salud es simplemente irreal. Coges un comportamiento no funcional, y lo reemplazas con otro. O peor: coges un pensamiento disfuncional y lo reemplazas con uno más funcional o adaptativo.

Esta aproximación funciona bien si estás arreglando coches o lavadoras, pero a la hora de arreglar al ser humano es algo abocado al fracaso. Y adivina quién se siente fracasado en cada ocasión…: el cliente. Y a partir de ahí parece que sólo le espera otro episodio de fallo. Si empiezas a analizar el cambio en pequeños pasos puedes ver que hay un montón de obstáculos en forma de control aversivo (o reforzamiento negativo):

1.  Ignorancia. Pensar que tienes un problema es más desagradable que pensar que no lo tienes. A veces nos referimos a ello como negación, y en cualquier caso todos sabemos que es necesario admitir un problema como paso previo a solicitar ayuda.

   2. Amnesia “de consecuencias”. Pensar en cambiar implica pensar en hacer cosas diferentes, dolorosas a corto plazo aunque positivas a largo plazo. No nos gusta pensar en cosas dolorosas a corto plazo, así que lo evitamos.

3. Angustia por aceptación. Así que reconoces el problema y te das cuenta de que no quieres las consecuencias. ¿Cuál es la alternativa?. Rendirte o abandonar produce más angustia cuando imaginamos el futuro sin la conducta de evitación.

4. Dejar ir la pérdida. Lo creas o no, dejar ir a un antiguo amigo, como puede ser una adicción, implica sentimientos de pérdida. Entras en el “pantano de la desolación” por la pérdida y entonces te asalta el terrible “monstruo de la incertidumbre” ante el futuro sin tu viejo amigo. 

5. Ensayo y error. No saber qué te traerá tu nuevo comportamiento conlleva aún más incertidumbre. Invertimos un montón de tiempo imaginando futuros que aún no sabemos cómo serán. Los fallos inevitables en todo aprendizaje conllevan recuerdos sobre fallos pasados y dudas sobre si tendrás éxito o no.
 
Así que la realidad del cambio es un poco más dura que la historia que nos cuentan los modelos convencionales. Y podríamos añadir miles de ejemplos de control aversivo que encontrarás en la carretera hacia el cambio. 

Ser honestos con nuestros clientes al principio nos hace situarnos en una realidad más potente, y nos ayuda a validar el dolor del cambio. Como siempre les digo a mis nuevos clientes “Estoy aquí para hacerte sentir peor, así es como una terapia funciona”.


José Olid

lunes, 7 de abril de 2014

¿Me dejas que te estimule el sistema límbico?


Hace ya algunos años se descubrió algo interesante: investigadores muy aburridos llevaron a cabo un experimento consistente en acariciar ratones. ¿Ratones?, no, era broma: ¡crías de ratones!.

Concretamente, el experimento consistió en coger dos grupos de crías: al grupo A le acariciaban todos los días durante 1 hora (repartida en periodos de 5 minutos a lo largo del día), y al grupo B…no se les acercaba ni su madre. Más tarde, cuando crecieron, a ambos grupos los observaron mientras hacían cosas que todos los ratones hacen: relacionarse con otros ratones, buscar comida en sitios recónditos y explorar lugares nuevos y formas de escapar de sus jaulas para desquiciar a los investigadores (sin duda).

Pues bien, los ratones del grupo A, que habían sido acariciados de pequeños, lo hacían todo muchísimo mejor: tenían más relaciones con otros ratones, encontraban comida con mayor facilidad, y además exploraban lugares nuevos con menos reparos.

Pero como los investigadores tenían su corazón no se olvidaron de los ratones del grupo B, y aunque estaban ya creciditos también los manosearon una media de 1 hora por día de la misma manera que a las crías del grupo A. Resultado: tras 20 días de “magreo”, los antes tristes y torpes ratones del grupo B eran ahora alegres y juguetones roedores, teniendo resultado muy cercanos a sus primos del grupo A en cosas de ratones.

(Aquí el susodicho investigador)

Este experimento se llevó a cabo en humanos, y… ¿cuáles creéis que fueron los resultados?

Aún sabiendo esto…es poco probable que tú, que lees, de repente te levantes y simplemente le des un fuerte apretón de manos a alguien que tengas cerca, o la próxima vez que saludes a alguien lo hagas de una manera un tanto más acentuada, o incluso llegues a abrazar a alguien si tienes un poquito más de confianza. A pesar de lo que sabemos (toda la “ciencia de la felicidad” que manejamos…), parece que no nos atrevemos. “¿Qué pensará si le cojo la mano de repente?”, “es raro”, “¿cómo voy a abrazar a alguien así sin más?”, “eso es muy bonito pero nadie lo haría…sería raro…podría pensarse otra cosa…

Y ya, sí, tienes razón: tienes demasiada razón. Es decir, te sobra razón, literalmente, razón en exceso: ¿por qué no dejas un poco tu razón al lado?.

Es que me puedo sentir raro” o “es que eso no se suele hacer” o “nunca lo he hecho, ¿cómo lo voy a hacer justo ahora?, sin venir a cuento”…

Que sí, que ya, que sigue sin tener lógica. Es raro hacer eso porque nunca antes lo has hecho, porque no se suele hacer; claro que, al fin y al cabo, nunca nadie se atrevió a hacer algo diferente… ¿o me equivoco?.

¿Qué vas a hacer?, con todo lo ilógico y lo raro y toda esa razón que tienes (reiteramos el exceso de razón): ¿vas a marcar tú la diferencia?, ¿te atreves?.


Si tú no te atreves…nosotros lo haremos en el próximo taller…y te enseñaremos a atreverte.

José Olid 

miércoles, 26 de marzo de 2014

¡Sobre el entrenamiento ACT en la UMA con la colaboración de Epsilom!


Dado que sois muchísimos los interesados, dejamos aquí información que sin duda os resultará útil.

El curso que ofrecemos en la UMA se trata de un entrenamiento dirigido tanto a profesionales como a personas que quieran beneficiarse de dicha práctica.

El entrenamiento se llevará a cabo a lo largo de 8 sesiones grupales, 10 personas, una sesión por semana, y cada sesión tendrá una duración de 2 horas.

El lugar será la Facultad de Psicología, y la fecha de inicio y el horario será en función de lo que a los que os apuntéis os venga bien.

Si estáis interesados, os ruego nos comentes qué días y a qué horas podrías estar disponible para realizar el entrenamiento, y lo tendremos muy en cuenta para determinar el horario.

Por favor, no dudes en preguntar toda la información que estimes necesaria.


En breve, a todos los interesados y confirmados, se os mandará el programa en formato .pdf


Un saludo


José Olid - AECSB